Morpheus: Me imagino que te has de estar sintiendo un poco como Alicia. Cayéndote dentro de la madriguera del conejo.
Neo: Se podría decir que sí.
Morpheus: Se te nota en los ojos. Tienes la mirada de un hombre que acepta lo que ve porque está esperando despertar.
Neo: Irónicamente, es bastante cierto.
Morpheus: ¿Crees en el destino, Neo?
Neo: No.
Morpheus: ¿Por qué no?
Neo: Me desagrada la idea de no poder controlar mi vida.
Morpheus: Sé exactamente de lo qué estás hablando. Déjame decirte porqué estás aquí. Estás aquí porque sabes algo. Pero eso que sabes no lo puedes explicar. Pero lo sientes. Lo has sentido toda tu vida. Hay algo extraño en este mundo. No sabes que es, pero ahí está, como una astilla en tu mente, volviéndote loco. Esta sensación es la que te ha traído a mí ¿Sabes de qué estoy hablando?
Neo: ¿Matrix?
Morpheus: ¿Quieres saber lo que es? Matrix está en todos lados, a nuestro alrededor. Aun aquí, en éste mismo cuarto. La ves cuando miras por la ventana o cuando enciendes el televisor. La sientes cuando vas a trabajar, cuando vas a la iglesia, cuando pagas tus impuestos. Es el mundo que te han puesto delante de tus ojos para cegarte a la Verdad.
(...)
Morpheus: Naciste en una prisión que no puedes oler, probar ni tocar. Una prisión para la mente.
(...)
Morpheus: Desafortunadamente, a nadie se le puede decir lo que es Matrix. Necesitas verla con tus propios ojos.
(...)
Neo: ¿Esto no es real?
Morpheus: ¿Qué es "real"? ¿Cómo defines "real"? Si hablas de lo que puedes sentir, de lo que puedes oler, probar y ver, lo "real" son impulsos eléctricos que tu cerebro interpreta.
(...)
Morpheus: Has estado viviendo en un mundo de sueños, Neo.
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Fragmento de The Matrix (1999), Hermanos Wachowsky.
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Maya
Krishna: Una vez que hayas cruzado el profundo océano de Maya estarás aún más allá de lo que hay escrito en cualquier escritura; ya sea de tiempos pasados o los que han de venir.
Krishna: ¡Oh, Arjuna! El mundo de los sentidos nos produce sensaciones de frío y de calor, de placer y de dolor. Todas estas sensaciones vienen y se van; son transitorias. ¡Elévate sobre ellas, alma vigorosa!
Krishna: El hombre que no es afectado por los sentidos; ni por el placer ni por el dolor, éste es merecedor de vida eterna.
Krishna: Lo Irreal nunca ha existido; lo Real nunca ha dejado de existir. Con certeza, esta verdad sólo la han podido entender los auténticos buscadores de la Verdad.
Krishna: El mundo de los Vedas está sometido a las influencias de los tres Gunas. ¡Oh, Arjuna! Elévate y líbrate de ellos; permanece en la Verdad que está más allá de todos los pares de opuestos. Ve más allá de las posesiones y las ganancias. ¡Recupera tu propia alma!
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Maya, es la materia que, formando el universo, se forma a sí misma. Es la ilusión del mundo, la ignorancia, el mundo relativo y engañoso que perciben nuestros sentidos y que debe ser superado para llegar a la unión última con la Verdad final.
Los Gunas o elementos constitutivos de la materia son tres:
— Sattva (estado ideal, perfección, claridad, quietud)
— Rajas (actividad creativa) y
— Tamas (oscuridad, inercia abúlica, ceguera espiritual)
Sattva es la armonía, Rajas es la actividad, la pasión, la fuerza que nos ayuda en la lucha por la vida, y Tamas es el caos, lo inerte, lo obtuso.
De la combinación de los tres Gunas surge el Antahkarana (órgano interno) compuesto por otros tres derivados:
— Ahankara: el hacer (kara), el yo (aham), lo constituyen los órganos de la percepción y nerviosomotrices; transmite a el buddhi los datos de la conciencia. Estos datos los atribuye equivocadamente al alma, que se halla presente sin participar, pero sin la cual nada sería posible.
— Buddhi: es el juicio, la discriminación. Abarca la totalidad de las experiencias transmitidas por ahankara. Es el principio que se halla tras las funciones del yo.
— Manas: el intelecto está relacionado directamente con ahankara. Es el encargado de recibir, coordinar y transmitir las informaciones y las impresiones recibidas a través de los sentidos.
Ahankara, por su parte, está dividida en dos grupos:
— Las diez funciones admiten una doble vertiente constituida por los cinco jinanendriya y los cinco karmendriya. Los primeros son los órganos de la percepción (vista, oído, gusto, olfato y tacto). Los segundos son los órganos de la acción (lengua, manos, pies, los órganos de la excreción y los reproductores).
— Los cinco tanmatras (segunda división de ahankara), están formados por cinco elementos sutiles: sabda (sonido), sparsa (tacto), rupa (color y forma), rasa (sabor), gandha (olor) y por cinco elementos densos: éter, aire, fuego, agua y tierra.
Trascender los pares de opuestos (dvandva); bueno-malo, positivo-negativo, placer-dolor. Superar tal limitación e instalarse en el dominio de la no-dualidad (advaitam), es lo necesario para lograr la unión con la Realidad Última. La superación de la dualidad lleva a un estado de perfección, de liberación del samsara, por lo cual ya no se ha de volver a reencarnar en el mundo de Maya para gozar o sufrir de las consecuencias del karma, pues éste ya ha sido anulado.
Fragmento del Bhagavad Gita (3000 a.C.), traducción al español por Julio Pardilla.
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El alma del mundo: Maya
La concepción occidental contemporánea del individuo, del yo, se construye en torno a de la psicología de Sigmund Freud, Jacob Adler y Carl Jung.
Existen por lo menos tres puntos de contacto que permiten hablar con el mismo aliento sobre la práctica religiosa oriental -el yoga- y nuestra propia psicología profunda. El primero es el reconocimiento de que los habitantes de todos los panteones del mundo -las divinidades, los cielos y los infiernos-, son vistos en el yoga como una proyección de imágenes psicológicas. Lo cual equivale a decir que lo que normalmente pensamos como metafísica y teología es interpretado como psicología, como un producto de la mente.
El segundo punto es que las energías que son expresadas e interpretadas a través de estas imágenes son las energías que determinan la dirección y el curso de una vida. Las imágenes que fascinan -fascinan porque se conectan con los propios procesos dinámicos- son vistas, en cierto sentido, como imágenes del destino. Son imágenes que determinan tu existencia. Esto es lo que en la India se denomina Maya, ese mundo de imágenes ilusorias que tan a menudo nos impulsan contra nuestros intereses e intenciones. Maya es el mundo de aquel estanque ondulante que mencionamos, en donde la superficie del agua del estanque no está quieta, sino en movimiento, y es ésta fragmentada superficie del agua la que nos devuelve el reflejo de las imágenes distorsionadas, la fracturada y burbujeante imagen de la realidad que no es la realidad sino apenas su superficie fragmentada.
Y el tercer y último punto es que, al llevar a la consciencia las inferencias de estas imágenes, al hacer penetrar estas energías en las fuentes energéticas, uno puede iluminar su propia vida, relajarse, y darle un sentirlo de espontaneidad y perspectiva a todos sus movimientos. Esto, que puede llamarse "descarga", es la liberación (moksha) de la fuerza compulsiva del destino, y la obtención de un estado de libre determinación. Es la idea que reside detrás de la gran escalera de los siete chakras que asciende al cielo, los centros del yoga kundalini. Es también la idea básica del psicoanálisis, que no bien uno ha barrido las redes de la compulsión subconsciente, uno queda en libertad para ser un sujeto.
Es entonces que se manifiesta la luz interior - la luz suprema que no es luz, que es Brahman-atman - y el velo de Maya es trascendido. Vi una vez a un pequeño gato que se descubrió reflejado en un espejo. El espejo no tenía marco y estaba apoyado contra una pared. La pequeña criatura se miró en el espejo y pensó que había otro gato. Retrocedió, sus pelos se erizaron, y se puso en posición de ataque. Al expresar agresión, vio que el otro hizo lo mismo. El gato continuó con su actitud amenazante, hasta que súbitamente pasó de largo el espejo y vio que allí no había animal alguno. Al retroceder, su enemigo estaba allí nuevamente, de modo que volvió al ataque. La escena siguió y siguió, era maravilloso verla. Entonces el gatito cambió de dirección, y nuevamente el enemigo desapareció. Después comenzó a mirar detrás del espejo para ver qué había allí, y por supuesto allí no había nada, salvo él mismo. Había perdido a su objeto; ya ni siquiera se pensaba realmente como un sujeto. Y pensé, bueno, caramba, esta es exactamente la imagen de Maya.
Nadie puede decir en qué consiste Maya porque vivimos de este lado de Maya, dentro de su atmósfera, como los peces en el agua. Pero en el lado exterior de Maya, no hay ningún conocedor, nadie que observe objetivamente nuestro estado. De modo que cuando regresamos -de la reencarnación, digamos, o de una experiencia trascendente- continúa siendo algo tan misterioso como antes.
Se dice que Maya posee tres poderes. El primer poder es llamado el poder que oscurece: apaga, en cierto modo, la luz blanca de la eternidad. Maya funciona sobre la Verdad como una máscara o un telón.
O puede pensarse a Maya como si fuera un prisma: la luz blanca choca contra el prisma y se quiebra en una miríada de rayos. Esto es lo segundo, el poder de proyectar. Aquí las formas del mundo son proyectadas, así como la luz a través del prisma. Ahora bien, una persona que jamás haya visto la luz blanca no podrá imaginársela mirando estas siete luces multicolores.
Sin embargo, si las siete se montan sobre un disco y se lo hace girar, la luz blanca se ve nuevamente. De modo que Maya tiene un tercer poder: el de la revelación. En el lenguaje mitológico, Maya es la madre del mundo, la creación en su aspecto femenino. La luz blanca no es masculina ni femenina, porque trasciende todas las dualidades.
Sin embargo, de este lado del prisma -este lado de Maya- encontramos al macho y la hembra, y a todos los otros pares de opuestos (dualidad). Esta es la base de las religiones matriarcales. Todas las formas, hasta la forma del Dios Padre, están dentro del útero de Maya, la madre. Estamos dentro de su útero. Es el útero del espacio, del tiempo y de las relaciones causales, que Kant denomina las formas a priori de la sensibilidad. Esto es Maya exactamente y a esto se debe exactamente que Schopenhauer, siguiendo a Kant, haya podido interpretar la terminología hindú en términos kantianos, punto por punto. Brahman equivale al Ding an sích de Kant, lo que no es algo, sino un Sí Mismo. Trasciende todas las categorías. Ambas, las formas de la sensibilidad y las categorías del pensamiento, están encerradas dentro del útero de Maya, incluyendo a Dios, tanto cuando hablamos sobre Él, como cuando lo pensamos o lo nombramos.
En el yoga kundalini, el Señor del mundo es percibido en el sexto cbakra, bajo el cual todo pertenece al dominio de Maya. En el museo de Cluny en París hay una preciosa pequeña Madonna del siglo XV. Está sentada con el Cristo niño en sus brazos, y el globo del universo en su mano izquierda. Su pecho puede abrirse como un armario, y dentro se ve al Dios Padre, al Dios Hijo y a Dios el Espíritu Santo, y al coro entero del cielo. Toda la imaginería de los cielos y los infiernos está encerrada dentro de ella, y esta imagen es exactamente la imagen de Maya, la madre. Suyo es entonces el poder de proyección, el poder creativo, o si se prefiere, el de la ilusión.
Dentro de su dominio, llegamos a la imaginería del Señor del mundo. Y esta imaginería puede presentarse con una forma masculina o femenina. Una de las curiosidades de nuestra religión occidental es que insistimos sobre el ser divino supremo visualizándolo con forma masculina. Dado que lo supremo está más allá de los pares de opuestos, ¿por qué ocurre esto? Los hindúes hablan de la deidad "elegida" por uno; es la propia y peculiar psicología de uno la que determina la imagen que le hablará con mayor elocuencia y lo conducirá a los planos más elevados.
Joseph Campbell
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Este fragmento proviene de una disertación titulada "World Soul", parte 2 de una serie titulada "Art and Religion of India", ofrecida en la Asia Society en 1968, que también fue divulgada como "The World Soul", en "The Inward Journey. East and West", vol. 2 de "The Joseph Campbell Audio Collection".
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Este fragmento proviene de una disertación titulada "World Soul", parte 2 de una serie titulada "Art and Religion of India", ofrecida en la Asia Society en 1968, que también fue divulgada como "The World Soul", en "The Inward Journey. East and West", vol. 2 de "The Joseph Campbell Audio Collection".
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Otras Mayas famosas:
La madre de Siddhartha Gautama (el Buda histórico) se llamaba Maya y Maya es también el nombre de esa máquina que uso como instrumento para generar esta realidad ilusoria en la que están inmersos ahora, esta realidad paralela denominada Perdido en Maya.