domingo, agosto 31, 2008

Tao Te King (XXIII, XIV)

XXIII

Hablar poco es lo natural.
Un huracán no dura toda la mañana.
Un aguacero no dura todo el día.
¿Quién hace estas cosas?
El cielo y la tierra.
Sí las cosas del cielo y la tierra
no pueden durar eternamente,
¿cómo las cosas del hombre?
Así, quien sigue el Tao
se une al Tao.
Quien sigue la virtud,
se une a la virtud.
Quien sigue el defecto,
se une al defecto.
Quien se identifica con una de estas cosas,
por ella es acogido.
Pero a esto no se da suficiente crédito.



XXIV

Quien se sostiene de puntillas no permanece mucho tiempo en pie.
Quien da largos pasos no puede ir muy lejos.
Quien se exhibe carece de luz.
Quien se alaba no brilla.
Quien se ensalza no merece honores.
Quien se glorifica no llega.
Para Tao, estos excesos,
son como excrecencias y restos de comida que a todos repugnan.
Por eso, quien posee el Tao
no se detiene en ellos.









2 comentarios:

Adriano dijo...

Pensar que el mensaje es tan simple y profundo a la vez...Levantarse y leer un poquito todas las mañanas sería mejor que cualquiera de esos doctores de la mente (?), ja...

Un abrazo.

juanba dijo...

Adrián: Los doctores de la "mente" son sólo eso, doctores de la mente. Y vos no sos la mente, ni yo ni nadie. Leer algo que acaricie el espíritu y que se refiera a tu Yo real es mil veces mejor ¿no?

Salutes