domingo, enero 14, 2007

La obsesión con el cuerpo

(Antes quizás quieras leer la biografía de Sri Nisargadatta Maharaj)

Interlocutor: Maharaj, usted está sentado en frente de mí y yo estoy aquí a sus pies. ¿Cuál es la diferencia básica entre nosotros?

Maharaj: No hay ninguna diferencia básica.

Interlocutor: Sin embargo debe haber alguna diferencia real. Yo vengo a usted, usted no viene a mí.

Maharaj: Debido a que usted imagina diferencias, usted va aquí y allá en busca de gente «superior».

Interlocutor: Usted también es una persona superior. Usted proclama conocer lo real, mientras yo no lo hago.

Maharaj: ¿Le he dicho yo a usted alguna vez que usted no sabe y que, por lo tanto, usted es inferior? Deje que quienes han inventado tales distinciones las prueben. Yo no pretendo saber lo que usted no sabe. De hecho, yo sé mucho menos que usted.

Interlocutor: Sus palabras son sabias, su comportamiento noble, su gracia todopoderosa.

Maharaj: Yo no sé nada sobre todo eso y no veo ninguna diferencia entre usted y yo. Mi vida es una sucesión de acontecimientos, igual que la suya. Sólo que yo estoy desapegado y veo el espectáculo que pasa como lo que es, sólo un espectáculo que pasa, mientras que usted se apega a las cosas y se mueve con ellas.

Interlocutor: ¿Qué le hizo a usted tan desapasionado?

Maharaj: Nada en particular. Aconteció que confié en mi Gurú. Él me dijo que yo no soy nada sino mí mismo y yo le creí. Al confiar en él, me comporté en consecuencia y dejé de inquietarme por lo que no era mí mismo, ni mío.

Interlocutor: ¿Por qué tuvo usted la fortuna de confiar en su maestro plenamente, mientras nuestra confianza es nominal y verbal?

Maharaj: ¿Quién puede decirlo? Aconteció así. Las cosas acontecen sin causa ni razón y, después de todo, ¿qué importa quién es quién? Su elevada opinión de mí es solo su opinión. En cualquier momento usted puede cambiarla. ¿Por qué dar importancia a las opiniones, ni siquiera a las suyas?

Interlocutor: Sin embargo, usted es diferente. Su mente parece estar siempre calmada y feliz. Y en torno a usted ocurren milagros.

Maharaj: Yo no sé nada sobre milagros, y me pregunto si la naturaleza admite excepciones a sus leyes, a menos de que convengamos que todo es un milagro. En cuanto a mi mente, no hay ninguna cosa tal. Hay consciencia, en la que todo acontece. Es completamente evidente y está dentro de la experiencia de todo el mundo. Únicamente, usted no observa con suficiente cuidado. Observe bien, y vea lo que yo veo.

Interlocutor: ¿Qué ve usted?

Maharaj: Yo veo lo que usted también podría ver, aquí y ahora, si no fuera por el enfoque incorrecto de su atención. Usted no se presta ninguna atención a usted mismo. Su mente está toda con las cosas, las gentes y las ideas, nunca con usted mismo. Póngase a usted mismo en el foco, devenga consciente de su propia existencia. Vea como funciona usted, observe los motivos y los resultados de sus acciones. Estudie la prisión que ha construido en torno a usted mismo, por inadvertencia. Al saber lo que usted no es, usted llega a conocerse a usted mismo. La vía de vuelta a usted mismo es a través de la negación y del rechazo. Una cosa es cierta: lo real no es imaginario, no es un producto de la mente. La sensación de «yo soy» no es contínua, aunque es un indicador útil; muestra dónde buscar, pero no qué buscar. Solo obsérvela. Una vez que usted está convencido de que usted no puede decir verdaderamente nada sobre usted mismo excepto «yo soy», y de que nada que puede ser señalado, puede ser usted mismo, la necesidad del «yo soy» ha terminado —usted ya no intenta verbalizar lo que usted es. Todo lo que usted necesita es deshacerse de la tendencia a definirse a usted mismo. Todas las definiciones se aplican sólo a su cuerpo y a sus expresiones. Una vez que desaparece esta obsesión con el cuerpo, usted revertirá a su estado natural, espontáneamente y sin esfuerzo. La única diferencia entre nosotros es que yo soy presenciador de mi estado natural, mientras usted está aturdido. Lo mismo que el oro convertido en ornamentos no tiene ninguna ventaja sobre el oro en polvo, excepto cuando la mente lo establece así, de igual modo nosotros somos uno en el ser —diferimos sólo en apariencia. Lo descubrimos siendo serios, buscando, indagando, preguntando cada día y cada hora, dando la propia vida a este descubrimiento.


[Extraido del libro "Yo soy Eso" de Sri Nisargadatta Maharaj]








miércoles, enero 03, 2007

Tao Te King (XIII, XIV)

XIII

El favor y la desgracia inquietan por igual.
La fortuna es un gran dolor como nuestro cuerpo.
¿Qué quiere decir favor y desgracia inquietan por igual?
El favor eleva y la desgracia abate.
Conseguir el favor es la inquietud.
Perderlo es la inquietud.
Este es el sentido de «favor y desgracia inquietan por igual»
¿Qué quiere decir la fortuna es un gran dolor como nuestro cuerpo?
La causa por la que padezco dolor es mi propio cuerpo.
Si no lo tuviese,
¿qué dolor podría sentir?
Por esto, quien estime al mundo igual a la fortuna de su propio cuerpo,
puede gobernar el mundo.
Quien ame al mundo como a su propio cuerpo, se le puede confiar el mundo.


Retomo con el verso anterior la idea expuesta tantas veces en este blog: la vida parece correr como un río cuyos márgenes son por un lado la felicidad (favor) y por otro la desdicha (desgracia, infelicidad). En
Maya, nuestro irreal mundo de ilusiones, siempre es igual, nos abatimos constantemente contra estas dualidades. El tema es que siempre buscamos ganar, apegarnos a uno de los extremos, generalmente al de la felicidad aunque, que raras son las cosas en este plano irreal, ya que también hay gente que no puede vivir sin apegarse al otro extremo, al de la infelicidad, pareciera ser que para algunos el sólo hecho de sentirse desdichados y así poder autocompadecerse de sí mismos es lo que los define en esta vida.

Ningún extremo es bueno parece ser la conclusión, no hay que apegarse a ninguno de ambos, la idea es siempre trascenderlos, gozarlos o sufrirlos y dejarlos ir, superar ambos estados de ser. Ahora ustedes dirán, ¿qué es mejor entonces que sentirse feliz? Mejor que sentirse feliz es sentirse realizado, o mejor aún ser un ser realizado, ya que la felicidad es sólo una parte de ese estado de realización absoluta pero que sin embargo no es el total del mismo ya que éste va más allá de la simple felicidad. Gracia divina sería, creo, el concepto que mejor definiría este estado final.


XIV

Se le llama invisible porque mirándole
no se le ve.
Se le llama inaudible porque escuchándole
no se le oye.
Se le llama impalpable porque tocándole
no se le siente.
Estos tres estados son inescrutables
y se confunden en uno solo.
En lo alto no es luminoso,
en lo bajo no es oscuro.
Es eterno y no puede ser nombrado,
retorna al no-ser de las cosas.
Es la forma sin forma
y la imagen sin imagen.
Es lo confuso e inasible.
De frente no ves su rostro,
por detrás no ves su espalda.
Quien es fiel al Tao antiguo
domina la existencia actual.
Quien conoce el primitivo origen
posee la esencia del Tao.


"Neti, neti" ("No es esto, no es lo otro") repiten sin cesar los gurúes o maestros hindúes para intentar hacer "comprender" (por así decirlo) a sus iniciados la "idea" de lo Absoluto, de lo Real, la idea de Dios, de Alá, de el Brahman, de el Ein Sof, de el mismo Tao. Porque éste estado último, éste Absoluto, éste Alfa y Omega, no puede describirse con palabras, adjetivos, sensaciones o impresiones, por eso se usa esta lógica de la negación para intentar llevar la mente a un estado de abandono por cansancio al intentar comprender la idea.

Si no es esto, si no es lo otro, entonces ¿qué es?. La "idea" es llegar a la conclusión que negándolo todo uno se rinde a intentar comprender, al rendirse uno sólo acepta, porque la idea del Absoluto, de ese ser sin límites, en última instancia no se puede comprender en este estado bajo de consciencia que llevamos mientras seguimos perdidos en el mundo de las ilusiones, sólo se puede aprhender la idea renunciado a Maya, siendo, deviniendo en el mismo Absoluto y que, según todas las santas escrituras de las diferentes religiones, sólo en nosotros los humanos está el potencial para alcanzarlo, para serlo, después de todo y a fin de cuentas eso es la "iluminación".

En palabras del mismísimo Sri Nisargadatta Maharaj tantas otras veces citado en este blog:

"El buscador es el que está en busca de sí mismo.

Abandone todas las preguntas excepto una: «¿Quién soy yo?». Después de todo, el único hecho del que usted está seguro es que usted «es». El «yo soy» es cierto. El «yo soy esto» no. Esfuércese en encontrar lo que usted es en realidad.

Para saber lo que usted es, primero debe investigar y conocer lo que usted no es.

Descubra todo lo que usted no es —el cuerpo, los sentimientos, los pensamientos, el tiempo, el espacio, esto o eso— nada, concreto o abstracto, que usted perciba puede ser usted. El acto mismo de percibir muestra que usted no es lo que usted percibe.

Cuanto más claro comprenda que en el nivel de la mente usted solo puede ser descrito en términos negativos, tanto más rápidamente llegará al fin de su búsqueda y se dará cuenta de que usted es el ser sin límites."


Sri Nisargadatta Maharaj








lunes, enero 01, 2007

Alba de un nuevo año

Otro amanecer de un nuevo día, de un nuevo año. Se festejó la salida del 2006 y, por consiguiente, la inevitable llegada del 2007. Dispersas por la ciudad, notas de música electrónica se escuchan a lo lejos provenientes de los estéreos de los últimos coches que circulan las calles ya casi vacías, sólo parece andar gente rezagada que todavía busca algo más diversión. Siempre más diversión, ilusiones, sensualidad para acallar la mente; atrás quedaron los deseos para el nuevo año, los balances y las comparaciones con años anteriores en donde por conclusión pareciera que todo tiempo pasado siempre fue mejor.

El cielo encapotado todavía tiene ganas de llorar como lo hizo al comienzo de la noche.




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A lo lejos, un ave reposa sobre un tanque de agua. Descansa en el centro del alba para tomar los primeros rayos del sol: para ella no hay tiempos, como tampoco hay años nuevos.



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Su vida reside en lo simple, en lo atemporal del ahora, en el vivir el momento.



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Para ella no hay deseos para un año mejor, sólo la seguridad de que lo mejor siempre acontece, sin planificación, sin especulaciones, sin miedos.



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Para todos es igual, pero qué difícil sentirse parte del todo, vivir en lo atemporal de lo real. Por lo pronto tomemos vuelo, ya veremos, fijemos rumbo hacia otros cielos donde el tiempo no tenga razón de ser.



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