Wiley está hablando con este tipo
Louis Mackey:
"Hay dos clases de víctimas sufrientes en este mundo: aquellos que sufren por una falta de vida, y aquellos que sufren de una abundancia de ella. Cada vez que me analizo a mi mismo siempre me he encontrado en la segunda categoría. Cuando te pones a pensar en ello, casi todo el comportamiento y el obrar humanos no son, en su esencia, diferentes del comportamiento animal."
"Las más avanzadas tecnologías y obras del hombre nos elevan, como máximo, hasta el nivel de un super-chimpacé. En realidad, la brecha entre, digamos, Platón o Nietzsche, y el humano promedio es más grande que la brecha entre el chimpacé y el humano promedio."
"El reino del espíritu verdadero, el dominio del artista verdadero, del santo, del filósofo raramente son alcanzados. ¿Por qué tan pocos? ¿Por qué la evolución y la historia del mundo no son historias de progreso, en vez de ser esta simple e inútil adición de ceros? Pasa que no se han desarrollado grandes valores, diablos, los griegos 3000 años atrás estaban tan avanzados como lo estamos nosotros ahora (*). Entonces, ¿cuáles son las barreras que impiden a la gente el alcanzar el punto más cercano a su verdadero potencial? La respuesta a esta pregunta puede ser hallada en otra pregunta, y esta es: ¿Cuál es la característica humana más universal, el miedo o la pereza?"
(*) Nota del traductor trucho: No se refiere a la tecnología obviamente, sino a los valores (lean a Aristóteles)
Extraído (y traducido horriblemente por Juanba) del script de la película "Waking Life" ("Despertando a la vida")
3 comentarios:
Ufff. Es dificil decirlo -porque toda la pelicula es un derroche de brillantez-, pero este es uno de los monologos que mas me gustan.
Pereza! sin lugar a dudas. Aunque el miedo rapidamente este dispuesto a remplazarla.
Brindemos por la abundancia de vida, empero.
SALUDOS
Coincido Luis, definitivamente la pereza, me iba a seguir explayando pero me da paja...
Salutes
Para mí el miedo...Es tan poderoso que nos coarta muchas posibilidades. Creo que de allí surge la pereza.
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