domingo, julio 23, 2006

Ex Homo

[Antes de seguir leer lo anterior: Ex Machina]

De la Nada absoluta, del Vacío sin dualidad, de la Divina Base surgió todo. "Del Uno salió el dos, del dos el tres y del tres la miríada de cosas", reza el Tao. He aquí entonces la primer dualidad y las que siguieron: Hombre-mujer, macho-hembra, positivo-negativo, amor-odio, felicidad-tristeza y miríadas de pares de opuestos más cuya base, sin embargo, sigue siendo el Uno absoluto, porque todo nació de allí.

El hombre pulula por la tierra interrelacionándose al igual que los demás seres pero con una diferencia: vino a parar a este planeta equipado con una mente capaz de pensar y a su vez con una enorme capacidad de abstracción para crear estructuras. Claro que por otro lado también vino con una forma de energía espiritual permanente que algunos llaman alma. Esta última lleva la firma de otra forma de energía más pura, la forma de energía de la Base, la energía del Uno, la forma de energía llamada amor.

El hombre nace y crece en sus primeros años consciente del Uno y del concepto que éste implica: Unidad, o poniéndolo en forma de negación: no dualidad, no separatividad. Pero claro, a esa corta edad la mente no puede procesar este conocimiento, pero su ser, en lo profundo de su base, conoce esto de una forma casi instintiva, es el amor propio que luego dará paso al egoísmo con la formación de una nueva criatura: el ego (*). Pero para eso hará falta tiempo, un entorno y que los hombres se encarguen de que ese conocimiento de la unidad de a poco se vaya perdiendo: le inculcarán al pequeño hombre el concepto de individualidad. Como hombre le dirán que pertenece a una o varias clases determinadas: herederá atributos, caracterísitcas, funciones y responsabilidades propias de cada clase con la que él se identifique a sí mismo o le hagan identificar. ¿Quién crea o acepta esa identificación? La mente. Empezamos a crear estructuras de toda clase: empezamos a armar de a poco nuestro mundo de ilusiones, el conjunto de mentes individuales comienzan a crear la ilusión de
Maya. Con ella viene adosada la separatividad: no todos los hombres pueden pertenecer a una misma clase ni tener las mismas características, funciones y responsabilidades. Surgen entonces las jerarquías, las escalas. Las mismas formas de energías, ahora ignorantes, no se ven en el Uno con todo, porque ahora son diferentes, individuales, tratando de identificarse entre unos pocos contra el resto.

Al igual que los objetos de un sistema informático surgirán miríadas de clases. Y así veremos como en el gran sistema humano se crean las etnias, las nacionalidades, las familias, las religiones (distintos caminos de volver al Uno), los gobiernos, los ejércitos, las profesiones.

Los atributos pasarán a ser la forma más acabada de consolidar esa individualidad ahora llamada "identidad". Las funciones posicionarán a nuestro hombre-objeto dentro de la jerarquía de objetos. Usaremos las funciones de los demás para obtener resultados, usarán nuestras funciones para obtener los mismos resultados de nosotros.

Dentro de todo este sistema que bien podemos llamar "vida" notamos que se ha perdido de vista la unidad con la Base, el conocimiento del Uno, de que en realidad y en última instancia somos ese Uno. ¿Qué pasa ahora? ¿Qué queda? Quedan los objetivos surgidos de las clases de estructuras anteriores. El objetivo de la vida es entonces cumplir con las responsabilidades heredadas de cada clase: pertencer a un país, diferenciarse como etnia, ser nacionalista (otra forma de separatividad creada por intereses del grupo), pertencer y crear una familia, profesar una religión sin tener idea de qué va realmente la cosa; constituir un gobierno, defendernos con ejércitos de los demás de afuera, defendernos con policías de los demás de adentro y lo fundamental para escalar en la jerarquía de objetos: nuestras funciones (profesiones, trabajos). Ganar mucho en poco tiempo, subir. Mejorar los valores de nuestros atributos, diferenciarnos aún más de los demás incluso hasta con los de nuestras propias clases. Y luego sólo desaparecer de la memoria del sistema.

¿El objetivo o sentido de la vida es ese entonces? ¿Es allí hacia donde vamos? ¿Todo queda resumido a los renglones del párrafo anterior? ¿Y si en realidad el objetivo fuera volver a ver el Uno en todo? ¿Y si esto no se pudiera lograr en un intento y se tuviera que pasar por todo lo demás más de una vez? ¿Y si todo lo demás fuera sólo una prueba para lograr el objetivo verdadero? ¿Y si entonces todo se tratara de armar esas estructuras para luego destruirlas y darse cuenta de que lo Verdadero yace debajo, sobre las ruinas de lo creado?

Leamos entre líneas, con esas preguntas ya sembradas en nuestro inconsciente algún día entenderemos.

(*) Con respecto al Ego y la Separatividad les recomiendo leer esta nota en el blog del amigo Tadeo.




6 comentarios:

Col.George Taylor dijo...

Te gustan los Smashing Pumpkins?Es que hay una cancion (en dos versiones)que se llama Les Deux Machina...

juanba dijo...

Dr. Frank: Bienvenido por aquí. Precisamente de ese tema y del album "Machina: The Machines of God" saqué primero mi nick de ICQ y luego de una deformación de las mismas palabras el nombre de mi otro blog: deuxmachine.

Smashing Pumpkins es una de mis bandas favoritas.

Salutes

Tadeo Kosma M. dijo...

Saludos, Juanba:

Están excelentes estos posts. Explicas verdades místicas usando un lenguaje matizado de ciencia y tecnología (adecuado para nuestra época altamente tecnificada).

Entiendo que al primer posteo lo llamaste "Ex Machina" porque tratas sobre el mundo interior de las computadoras, y al segundo "Ex homo" porque lo dedicas al ser humano. Pero ¿en qué sentido usas el prefijo "Ex"?

juanba dijo...

Tadeo: Gracias por el comentario. Y sí, traté de hacer un paralelismo entre lo que ocurre en un sistema informático y el sistema humano. Creo se entendió, tal vez me faltó pulir más este último.

Por lo que averigué en un diccionario de latín en internet, el prefijo "ex" es interpretado también como "de" o "sobre". Entonces las traducciones de los títulos de los posts quedarían algo así como: "De máquinas" y "De hombres".

Salutes

Adriano dijo...

Clarísimo. En lo simple reside lo absoluto. Pensaba, cuando leía, que parece tan obvio eso de la unidad, de lo uno, de la no-separatividad, no-dualidad...Y no sé qué tan obvio puede llegar a ser. Son cuestiones que van de lo uno a lo complejo, de lo simple a lo absoluto. Y así es la vida, que va complejizándose más hasta simplificarse por completo.

¿Cómo sería nuestra vida/cultura/sociedad si aprendiéramos desde el vamos esta forma de concebir la existencia? Porque, así planteada, permitiría sentar las bases para un mundo que pide a gritos replanteos.

...Ya caí en las imposibilidades, en las utopías...Otra vez. Como siemrpe.

Un abrazo, Juan...

Unknown dijo...

Juan: ¡¡Estos dos textos son geniales!! :D :D :D

Haz llegado a concebir el hecho de que hay "algo" que es inagotable y que mantiene todo nuestro sistema funcionando. Lo haz llamado electricidad... los hindúes por ejemplo ya pensaron todo eso, ellos hablaban más bien de "aire vital". Pueblos aborígenes suelen tomar la "sangre" como lo que da vida...
En India en otros textos se desarrolla finalmente la idea de "atma" como principio vital. Podemos traducirlo como "alma espiritual", o como se nos dé la gana. El punto es darse cuenta de que hay algo allí que da la energía al sistema, y que cuando se va, ¡patapúfate! el cuerpo queda inerte y luego su energía "material" se descompone y transforma en otra cosa.
En otras palabras, hay diferentes tipos de energías: la energía que compone el cuerpo y todo lo que nos rodea se llama prakriti en los textos, "energía material". La energía que somos nosotros y que "avivamos" a la materia se llama "jiva-shakti" (jiva es otro término como atma). Finalmente, hay una tercera energía, similar a prakriti, pero opuesta. Ésta se llama "energía espiritual" (no recuerdo el término sánscrito exacto). Esta energía forma el llamado "mundo espiritual", del cual este "mundo material" es un reflejo distorsionado.
Puedes ver entonces lo existente como un campo esférico. En el centro, está el mundo material, el cual tiene un comienzo, un desarrollo y un final. Manifiesto y no manifiesto, como todo en esta vida. Alrededor, extendiéndose infinitamente, el mundo espiritual.
El mundo material es una "zona" espacio-temporal por la cual pasamos durante un tiempo (varias vidas por lo general) a fin de aprender, tal como lo llegas a concebir: "armar esas estructuras para luego destruirlas y darnos cuenta...".
Cuando una persona está lista, pasa al "mundo espiritual". Sobre ese mundo hablé en otra entrada.
Me queda sin embargo una pregunta: Si todos somos Uno, ¿será que pasaremos todos juntos -si bien cada quien a su hora- a una existencia por fin dichosa, eterna, plenamente consciente?
Ésa es mi esperanza, no quiero dejar a nadie atrás...